Leyenda de la Llorona: La aparición antes del final azteca.

La leyenda de la llorona es una de las más conocidas en todo México. Muchas personas piensan que la leyenda de la Llorona provino de la época colonial, pero existe una versión que cuentan los antiguos aztecas, una aparición que presagió el final del glorioso imperio azteca y que dio origen a la leyenda que ahora conocemos.
Al abrigo de la fría oscuridad de la media noche, la luna pinta con tenues pinceladas de luz las empedradas callejuelas y plazuelas coloniales. Aparece la Llorona, delgada mujer espectral en vestido y velo blanco de largos cabellos negros. Recorre las oscuras y solitarias calles de la Ciudad de México sollozando aterradoramente. Locura y muerte esperan a aquellos audaces que se atreven a buscar, entre el vaporoso velo blanco, el angustiado y derrotado rostro de la Llorona. El viento ondula el etéreo vestido blanco que la envuelve y, como si de neblina estuviese hecha, se desvanece entre las sombras dejando atrás el escalofriante eco de su lamento eterno.
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La aparición que inició la Leyenda de la Llorona
Muchos años antes de las apariciones en la ciudad del México colonial, en el lago de Texcoco, se erguía imponente y esplendorosa la gran ciudad de México-Tenochtitlan, ciudad capital del poderoso imperio azteca, amo y señor de los pueblos de Mesoamérica.
A la media noche, de las aguas del Lago de Texcoco, emerge la figura espectral de la desolada mujer vestida de blanco. El escalofriante sonido de su triste llanto interrumpe el apacible silencio de las noches en Tenochtitlan. Y estrepitosamente, como si de un trueno se tratase, se parte la noche con su desgarrador grito: ¡Hijitos míos, ya tenemos que irnos lejos! ¡Hijitos míos! ¿A dónde los llevaré? ¿Dónde los llevaré para que escapen de este funesto destino?
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Chocacíhuatl: La primero mujer que murió al dar a luz
Este era el llanto de Chocacíhuatl – del náhuatl choka “llorar” y cihuatl “mujer” –. Chocacíhuatl fue la primera de todas las madres que murió al dar a luz; además de ser la patrona de las cihuateteo, los espíritus de las mujeres muertas al dar a luz, que de noche vocean y braman en el aire. La presencia de Chocacíhuatl sólo significa infortunio e incluso muerte, pues ella emergió de los canales para alertar de la caída de México-Tenochtitlan poco antes de la llegada de los españoles.
Los sabios sacerdotes astrólogos aztecas, interpretaron su presencia como una premonición de los próximos desoladores sucesos que habrían de acontecer al poderoso imperio: Muerte, guerra y esclavitud. Los sacerdotes decían que Chocacíhuatl había salido de las aguas y bajado de la montaña para prevenir de la suerte que corría el pueblo azteca. Este era el sexto presagio funesto de la destrucción del imperio azteca.
Moctezuma, emperador de los aztecas, no daba crédito de las predicciones. Vendrán hombres extraños, más sabios y más antiguos que los aztecas, llegarán de oriente y los someterán junto con su emperador, la raza mexica desaparecerá devorada y sus dioses serán humillados por otros más poderosos. ¿Cómo podría haber dioses más poderosos que su dios Huitzilopochtli o el gran destructor Tezcatlipoca? Esos hombres de oriente eran los españoles comandados por Hernán Cortés. Posterior a las apariciones de la Llorona, la gran ciudad de México-Tenochtitlán caería víctima de los invasores españoles, siendo ellos los que darían forma a la leyenda de la Llorona que ahora conocemos.

Seguirá llorando el funesto destino de sus hijos
Hasta el día de hoy el aterrador y desconsolador llanto de la Llorona se sigue escuchando entre la oscuridad de la media noche. La leyenda de la Llorona se ha extendido por todo el territorio nacional, pues se han reportado sus apariciones a lo largo del país. Tal pareciera ser que la Llorona no ha podido tener descanso, que desde el día que se manifestó para advertir del fin de sus días a sus hijos, los aztecas, sigue buscándolos para reunirlos y llevarlos a ese nuevo lugar donde han de descansar por la eternidad, el Mictlan.
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